Sunday, May 26, 2013

“LAS GUERRAS”

Por: Ricardo Eguía Valderrama
Mayo-12-2013

Fuertemente enraizada en la naturaleza humana su impronta belicosa e inclinación siniestra de guerrear con grupos de su misma especie…

Desde los albores de la humanidad por diversos motivos, causas, razones y sinrazones los humanos han luchado entre sí con palos, piedras y flechas…más tarde, en esa perenne sucesión de conflictos los hizo con lanzas, arcabuces, caballos y rudimentarios cañones.

Se sofisticó e hizo la guerra con tanques, submarinos, aviones, ametralladoras, lanzallamas y bombas antipersonales llegando a utilizar gases tóxicos para exterminar a millones de congéneres…luego en el culmen de su locura utilizó el más pérfido invento producto de la desintegración nuclear…

Pero muy pocos alcanzaron atisbar siquiera que un reducido grupo humano asaz violento, sin utilizar armas atómicas pudiera extinguir al género humano utilizando como armas letales de exterminio masivo un siniestro modelo económico cleptómano, elitista, rapaz basado en un “catecismo” artero que propugna como objetivos rectores el sistemático debilitamiento del Estado para privatizar los bienes nacionales en beneficio de oligopolios, monopolios y trasnacionales; derrumbar asimismo el “Estado de Bienestar” y sepultar la Rectoría económica del Estado desregulando las actividades bancarias, financieras y especulativas para entronizar la barbarie y el saqueo sin bridas del “capitalismo salvaje”

Todos suponían, incluso Einstein se equivocó, que la tercera guerra mundial sería un devastador intercambio de bombas atómicas que arrasarían de la faz planetaria a la raza humana y de regreso, a la guerra con piedras de los pocos sobrevivientes de esa hecatombe mundial…

Ni los apocalípticos intérpretes de los textos bíblicos, tampoco los clásicos pronosticadores de los peores desastres ecuménicos como Nostradamus, ni Carl Sagan como otros astrofísicos contemporáneos que infieren el fin del género humano como resultado de una colisión cósmica,  en sus peores pesadillas ni de refilón previeron uno de los capítulos más oscuros por las  plagas y el comportamiento animal del capitalismo y su política económica destructiva.

Cien mil años de especie y solo 12,000 años de civilización, Mesopotamia  cuna de la escritura, de las matemáticas, la astronomía, la medicina, el comercio, los impuestos, el primer Código civil (Hamurabi) la escritura cuneiforme, los textos más antiguos de miles de tabletas, la primera Ley (del Talión) 2,500 años antes de Jesucristo…

Doce mil años de humanidad saqueados por las tropas de Bush en un museo de Sumerios, Acadios, Babilonios, Asirios, Persas destruidos en un pillaje total…

La humanidad viene de haber frenado al Nazismo, al Fascismo, al Estalinismo, al Comunismo opresor y a otras horrendas formas de violencia dictatorial militaroide y cuando estaban sentadas las bases para una gran era pacifista, propiciadora del avance, del desarrollo integral y de la paz social irrumpe el totalitarismo del capitalismo global despiadado e insaciable con sus ritos de agandalle, opresión, esclavitud, explotación y obsesión tiránica  por estafar, defraudar con estructuras financieristas ventajosas, abusivas, inmorales y el total desprecio por la vida humana…

En esa obsesión por el dinero sin importar a quien ni tampoco si es a millones que se les roba, volvemos a ver resucitados los viejos monstruos de la voracidad bancaria y su inusitada crueldad tolerada por los gobiernos del mundo transformado por la miseria en nuevos ghetos y por el quiebre moral con destrucción de valores y principios, ajustes “santificados” de mercados enloquecidos basados en presunciones, falsas expectativas, contabilidades creativas para defraudar y evadir impuestos, la humanidad es hoy otro gulag, otro gran campo de concentración poblado de desempleados, depauperados,  trabajadores esclavizados, jóvenes sin futuro desahuciados prematuramente por una nueva dictadura ultraconservadora compatibilizada con la jettatura de los Bancos, las Financieras y las Calificadoras que ahora son el verdadero poder mundial arrasador y donde la guerra se libra en los mercados desbridados, las Bolsas de Valores, los Fondos de Riesgo, el trasiego instantáneo de capitales, los rescates bancarios con fondos públicos, la destrucción de puestos de trabajo, primitivismo, magia, superstición, mitos, promesas, fábulas, ficción, ilusionismo, entreguismo, engaños, corrupción política, parasitismo de las élites oligárquicas, recortes en salud, educación, pensiones,  paraísos fiscales y lo que queda de esa matanza darán cuenta los “Fondos Buitre”, auténticos carroñeros de esa economía que hoy es anarquía plena e ingobernabilidad.

La “tercera guerra mundial” es financierista donde la mediocridad, la delincuencia bancaria, el déficit agravado por rescates titánicos de los grandes bancos, las contradicciones, los palos de ciego, extrema liquidez que nunca llega a la economía real, la confiscación de los depósitos de pequeños ahorradores, reformas confusas que no conducen a ningún lado, las excitativas de resignación suicida a la población masacrada por los mercados que nunca se autoregulan, se aferra con uñas y dientes a la falsa paz totalitaria basada en la maniática farsa de la macroeconomía torcida en huidizas nubes portadoras de lluvia ácida en los desiertos poblados de millones de seres angustiados por la larga noche del neoliberalismo tecnocrático malvado, ultramontano, fanático, dogmatista, sangriento, ortodoxo fracasado que globalizo brutalmente la pobreza, el desempleo y el saqueo de los recursos naturales de los países pobres

Los nuevos jinetes del apocalipsis de esta guerra feroz y despiadada están manipulados por chamanes y brujos del capitalismo globalizador fracasado y son precisamente  el desempleo, la desregulación bancaria, el aperturismo comercial en beneficio de los países ricos, la oligarquía financiera, el precio de todo y el valor de nada, el utilitarismo frente a la utilidad social, personas objeto frente a personas sujeto, la privatización compulsiva de los bienes nacionales, el pillaje de las élites, la cacofonía política, la confabulación contra la población, la orfebrería artesanal de los demagogos y la anarquía hormigueante, viscosa, ignominiosa que está produciendo justa indignación, descontento, agresividad de las masas ante el colapso económico inducido y sostenido abstrusamente en esta exterminante guerra económica sin pausas ni treguas.-





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