Premisa Mayor
“Eje
Central”
“BUEN VIENTO Y BUENA
MAR”
Por: Ricardo Eguía Valderrama
Nov-11-2012
Es un lugar común, pero básico para no perder el oriente, decir
“que si le va bien al Lic. Enrique Peña Nieto le habrá de ir bien a México y si
le va bien al país, es tiempo ya de que nos vaya bien a todos los mexicanos…
Ubicados más allá de partidos, de ideologías, de filias, de
fobias, de remilgos, de gimoteos, de pruritos, de indisposiciones, ataduras,
nostalgias, preferencias, revanchismos, querencias, devociones, berrinches,
rutinas, intrigas, chaladas, desánimo, necedad, excentricidades, hipótesis,
recelos, antagonismos, magulladuras, protagonismos, ofuscación, malentendidos,
vacilaciones, juramentos y palabrerío la mayoría de mexicanos sensatos hartos
de la confrontación, que anhelamos volver a vivir en un país con más
estabilidad, gobernabilidad y en paz, estaremos en esa lógica…
Con esa lógica y sentido común, creo plausible, juicioso y
cuerdo el otorgar al Lic. Peña Nieto un plazo razonable para que demuestre en
los hechos su voluntad política, decisión, aptitudes y coraje para superar los
estereotipos del radicalismo y del autoritarismo violento y también para
constatar que en su sexenio se vuelva a poner en el centro lo social y como lo
dice atinadamente R. Cordera “sacar a México del estancamiento estabilizador
dañino e improductivo”.
Al decirle al nuevo
gobierno “que tenga buen viento y buena mar” es formular alientos
participativos para que su obra sea eficaz, tenga prestancia y precisión
ejecutiva en su obligación de retornarnos a la armonía así como para que no
fracase en la posibilidad de un inaplazable florecimiento de certezas
positivas, de avances, innovaciones y fecundos logros colectivos.
No es pues una convocatoria al sometimiento, ni de
renunciamientos, mucho menos de apologistas o besamanos, solo se trata de
aplazar un tiempo razonable los odios, los prejuicios, la hostilidad y las
venganzas primitivas que nada aportan, no crean, no engendran, no inventan
nada…
Evolucionar es variar…en la evolución humana el pensamiento
varía incesantemente y toda variación es adquirida por temperamentos que están abiertos a entender que el futuro tiene que ser
mejor que el presente y que esa simple hipótesis vuela mientras que las
rutinas caminan pesadamente; el pie pisa, pero el vuelo puede rectificarse,
mientras que los atavismos, los complejos, los fanatismos, las amarguras no
vuelan, son simples ataduras…las ilusiones y los ideales de cambio son
propulsores de la actividad humana transformadora y lo único malo es carecer de
ilusiones, esperanzas e ideales esclavizándose al pasado y renunciar al
porvenir…
“Hay climas morales, horas, momentos en que un pueblo, una
clase, un partido, una secta, un grupo concibe un ideal de cambio y se esfuerza
por realizarlo…hay climas, horas y momentos en que los ideales de todo un país
se callan o se aplastan por los apetitos groseros y logreros de unos cuantos
complotados tras las huestes de la estulticia…”
Al desear que el nuevo gobierno tenga “buen viento y buena
mar” no se trata de tímidas obsecuencias, ni fáciles ilusiones infantiles o
apatías conservadoras, tampoco exóticas e indignas especulaciones lucrativas
(menos a mis años como decía mi Abuelito) simple
lisa y llanamente lo hago pensando que los pueblos en decadencia solo se
interesan en saber de donde vienen y los pueblos que forjan otros futuros
necesitan y se esfuerzan en saber a donde van.
Luego entonces procede preguntarnos qué pueblo queremos ser
¿Uno siempre anclado en el pasado?
¿Seremos acaso siempre
una Nación cooptada por esa plaga de calculistas parapoco y mezquinos que
rumiando sus amarguras y con total desprecio al colectivo nacional se
interpondrán siempre al progreso rascándole los escamoles al Estado fallido?
¡Yo creo que al nuevo gobierno no debemos darle pretextos para hacer mal las cosas o dejar de
hacerlas y que por el contrario debemos unirnos y exigirle resultados!
Salgamos juntos, pueblo y gobierno del estancamiento, dejemos
atrás las discordias, los enfrentamientos estériles, la soberbia y los egoísmos
absurdos…cuando menos por un plazo razonable, carajo…
¡Removamos las inercias
recordando que sin trabajo no da cosecha ni el campo más fértil, como tampoco
las da el campo estéril por más que se le are!!!
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