Por: Lic. Ricardo Eguía Valderrama
Marzo-27-2010
“… nadie debe ser inquisitorialmente cuestionado
por sus opiniones en torno a la convulsa militarización
nacional…”
Es obvio que el “Decálogo” propuesto al Senado por Calderón en materia de Reforma Política no es una dádiva ni mucho menos un acto de espontánea generosidad para con la sociedad mexicana, tampoco implica propósito alguno de modernizar ni acotar la deformada institución presidencial, mucho menos eficientar un ápice la administración centralizadora asaz ineficiente, costosa y que es fuente de todos los excesos del autoritarismo…
El “Decálogo” Calderonista viene a ser una versión reduccionista, incompleta y cuyos alcances son muy limitados, por lo que debe considerarse solo como una maniobra emblemática de un Presidente carente de apoyos, de espacios y que no pudo superar la ilegitimidad de su elección bajo sospecha que lo paralizó desde su atropellada toma de protesta, recurriendo a la militarización del país para contrarrestar en parte la carencia del indispensable apoyo popular así como nula confianza en la base ciudadana…
Por ello repito que ese “Decálogo” mezcla propuestas avanzadas como la figura de la Iniciativa Ciudadana que mejorarían las garantías políticas de la población al quedar facultada para proponer proyectos de Ley ante el Congreso, resulta también plausible la reducción de los integrantes del Congreso de la Unión y si bien es cierto las candidaturas ciudadanas aparecen como limitada respuesta a un movimiento a favor de una sociedad mas participativa, mas demandante y en pie de lucha ante la grave crisis de representatividad existente en México, desafortunadamente no son una solución práctica en nuestra democracia incipiente por el desmesurado costo que implica cualquier candidatura por fuera de los partidos políticos y ante la imposibilidad que con cargo al erario se financien esas candidaturas independientes (existe paradójicamente en un país empobrecido un aparato electoral demasiado costoso) quedarían supeditadas a pactos, arreglos alianzas, influencias o la manipulación de los poderes fácticos como el del narco y de los grupos del gran poder económico nacionales o del extranjero que verían ensanchadas las avenidas para incidir nada candorosamente en las elecciones…
Y que conste estoy de acuerdo en lo medular no solo en las candidaturas independientes como una alternativa real contra la repetición eternizada de los mismos apellidos, la sucesión hereditaria en los puestos públicos y el inmovilismo acartonado en las nominaciones por parte de las cúpulas gerenciales de los partidos políticos, sino también a favor del laudable esfuerzo ciudadano para sacar de su marasmo, las inercias y los contubernios lucrativos que le cierran el paso a personas preparadas, honorables, de indudable buena fé, institucionales con experiencia y exitosos que le pudieran regresar al quehacer político y a la administración pública sus niveles mínimos elementales de trabajo, eficacia, seriedad, capacidad de decisión, honestidad, disposición de servicio, respeto a valores y congruencia con las convicciones y con las promesas que se le hacen a la ciudadanía… Es obvio que urgen cambios y se requieren evidentemente políticos que entiendan que la política es servicio y no servirse y menos apropiarse de los bienes de la Nación impunemente como está sucediendo a lo largo y a lo ancho de este país situado en el post-modernismo residual por el insaciable neo-liberalismo insolidario y exterminador…
Pero me resisto a pensar en “tirar” mas dinero del erario público para financiar las candidaturas independientes, pero luego me abruman comentarios realistas en el sentido de estarse manteniendo inicuamente simples remedos de partidos políticos y verdaderas franquicias familiares que sin membresía trabajosamente logran cíclicamente los votos necesarios para conservar el registro, pero también considero lesivo y perverso pretender aplastar las voces de una oposición crítica indispensable para sino evitar si señalar los abusos en el poder y por ello no procedería la injusta iniciativa calderoniana para incrementar del dos al cuatro por ciento para que un partido político conserve su registro, ya que ello implicaría atentar y/o desaparecer el pluralismo en México…
Respecto de la segunda vuelta electoral en principio y después del crispante, polarizado y confrontador ambiente post-electoral del 2006 que estuvo a punto de estallar por la mínima diferencia de votos de la cual aun se ufanan los calderonistas y que solo la institucionalidad del príismo evitó el despeñadero Constitucional considero prudente estudiarla acuciosamente para que no salga “peor el remedio que la enfermedad” y con una sólida fundamentación y regulación jurídica encontrarle asideros legales muy firmes y si hay dudas razonables tal vez sería preferible solo mejorar los procesos electorales para transparentarlos rigurosamente y no volver a dar pábulo a la judicialización permanente por “ridículas minorías” de votos…
Lo que hasta el más profano en asuntos electorales constituye un absurdo es la pretensión de atar la segunda vuelta presidencial a la elección del Congreso, esto es hacer coincidir y depender la elección Legislativa de esa segunda vuelta y otro obstáculo mayor para esa segunda vuelta es la absoluta incapacidad de todo el sistema electoral y de los partidos políticos (a pesar de los miles de millones que se gastan en una democracia solo nominal, ineficaz de fachada magra, testimonial y simbólica) para motivar a la ciudadanía y hacerla acudir a las urnas ya que si el abstencionismo rebasa ya el setenta por ciento del padrón en la elección presidencial tradicional ¿Quién saldría a votar en una segunda vuelta electoral por candidatos sin basamento social impuestos por las cúpulas de las élites que han hecho del país su sangriento campo de batalla???
De ahí que la sociedad perciba en éstas reformas propuestas por el panismo-calderoniano en su “decálogo” solo cataplasmas para un avanzado cáncer que ha invadido a todo el sistema electoral y de partidos divorciados de la realidad y confrontados con la ciudadanía mayoritaria de éste país que resiente como se le margina, como se le ignora, como se le engaña, como se le traiciona y como se le agrede con leyes en alud que dañan su economía, transgreden su privacidad, sus derechos humanos fundamentales y se violenta su libertad atentando contra su vida todos los días un Estado policial autoritario, militarizado anti-constitucionalmente y detentado por una “minoría ridícula” de politicastros rutinarios los que ahora pretenden en un obsesivo extremismo modificar mas leyes para fortalecer la tiranía del caduco y desvencijado régimen presidencialista que tiene hundido a México hoy por hoy
Así como los anteriores decálogos calderonistas, este de la Reforma Política también es parcial, limitado y orientado no a fortalecer la democracia ni posicionar a la sociedad en la toma de las decisiones que le afectan… Por ello a la intentona de reelección debe anteponerse la revocación del mandato, a la Iniciativa preferente y de revisar las leyes aprobadas por el Congreso incluyendo la Ley de Ingresos y el Presupuesto debe anteponerse la ratificación de los Secretarios de Estado, la moción de censura para removerlos y la autonomía del Ministerio Público para que deje de ser una manipulable dependencia mas del Ejecutivo.
(Nota: Seguidamente el análisis de la Reforma propuesta por el PRI)