sábado, 8 de agosto de 2009

El infierno

en la tierra
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Cuando la realidad supera a la ficción apocalíptica
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Por: Lic. Ricardo Eguía Valderrama

Agosto-08-2009


En una respetable disquisición filosofo-teologal que algunos de nosotros no alcanzamos a comprender Benedicto XVI respetablemente aseveró que “…el infierno existe, es un lugar físico y no está vacío…” pero al ser inquirido por los periodistas de la fuente vaticana sobre la exacta ubicación del averno guardó diplomático silencio y al retirarse a sus aposentos uno de sus asistentes deslizó en la mesa las siguientes coordenadas geodésicas: Meridianos 80°, 115° oeste y paralelos 16°, 32° norte…

Presurosos los de la fuente vaticana salieron a buscar un mapamundi y casi al unísono con rostro perplejo exclamaron ¿México el infierno en la tierra?

Un nutrido grupo de agnósticos, descreídos, reacios a cualquier “ombliguismo” o jettaturas mentales integraron un selecto grupo investigador que de inmediato se trasladó a México rebosando curiosidad científica percibiendo además “perfumes” de primicia noticiosa…

Debido a las implicaciones de la investigación optaron por agotar algunas vías diplomáticas elementales transponiendo las puertas con goznes oxidados de las esclerotizadas relaciones exteriores y después de un año de dar vueltas la canciller Espinoza los derivó a la Secretaría de la Exoneración Pública argumentándoles estar muy atareada tratando de orientar a las tumultuosas oleadas de mexicanos que desean pedir asilo en Canadá ya que los muros en USA obstaculizan más cada día la huída de millones de mexicanos sin empleos y eso tiene según dijo ella, muy preocupado al “príncipe purépecha del desempleo” cuya divisa de campaña fue proclamada con voz pastosa dificultada por el charanda abundante de la víspera y que quedó plasmada para la historia en aquella frase celebérrima: “… que los gringos suban las bardas lo que quieran, nos las vamos a volver a brincar…”

La Secretaría de la Exoneración Pública no quiso recibir a los investigadores de aquella aseveración papal toda vez que tenía varios meses entregada de tiempo completo a la devota organización del “trámite más inútil” cuya prioridad les fue decretada desde Los Pinos en la compulsiva urgencia de una apotegma sexenal y por ello la “Sub-Secretaría de asuntos baladíes y de la exhumación de las Cuentas Públicas” después de reuniones soporíferas, no muy sesudas reflexiones, intercambio de oficios, mails, faxes y de la integración de una Comisión Intersecretarial asesorada por teólogos del neo-liberalismo encontró la fórmula para distraer a los investigadores y los envió a Ixtapalapa donde se estaban representando los entremeses de la “Nulidad subsidiada de los esponsales Foxianos” en seis actos: (Acto I: Y yo porqué, II. Comes y te vas. III. Ni los negros aceptarían. IV. Yo ni los periódicos leo. V. La presidencia la gané dos veces. VI. El changarro de los Pinos yo lo encargué) escrita por un dramaturgo ecuménico de apellido Borguééés (sic: como onomatopeya del eructo) y solo al final de la escenificación intuyeron con dificultad el mensaje nada subliminal que con esa obra Calderoniana les quiso imprimir en sus neuronas el sector oficial hasta que escucharon al locuaz actor protagónico vociferante que exoftalmo y en el clímax de su representación exclamó a la mitad del proscenio y a todo pulmón… ¡Estoy hecho un camote!!

Salieron dando tumbos entre acarreados que agitaban banderitas azul y blanco abandonaron mas desorientados y confusos que nunca la gran carpa donde se escenificó la representación entre los acordes ruidosos y compases de “palomas mensajeras si buscan el paraíso sobre el ficticiamente están”, pero la dimensión del mensaje hierático papal lo empiezan entender al ser trasladados a su hotel y en su breve recorrido observar el aquelarre en calles, barrios, cercas, melgas y callejones con reguero de cadáveres mutilados, cabezas cercenadas, niños explotados y hambrientos, heridos apilados, gente huyendo despavorida en todas direcciones, sortear con extrema dificultad sendos intentos de secuestro refugiarse en un templo y entre el estupor de la feligresía cuando suponían haber librado la peor parte entre gritos, patadas, culatazos, empujones y majaderías en voz alta irrumpieron violentamente hordas de genízaros encapuchados que tiraron al suelo con todo cáliz y casulla al ministro oficiante y a todos los presentes sin dejar de apuntarles con el enjambre de los cañones de sus armas lo que en su frenético interior suponían era solo una perturbadora pesadilla ya que se trataba de un lugar supuestamente sagrado para la mayoría de la población del país que visitaban, pero al sentir los culatazos en las costillas y cráneos les estremeció la primera manifestación espeluznante, inesperada, profanante, lóbrega y pestilente del “maligno”…

Después de horas tirados de cara al suelo cubiertos de hormigas, sierpes y tepocatas fueron liberados gracias a sus gafetes oficiales y apenas habiendo dejando atrás el templo mancillado fueron detenidos varias veces por retenes donde personal sin criterio los vejaba y ya en la gran ciudad se toparon inopinadamente con una refriega urbana dantesca entre fuego cruzado, granadas de mano, tanquetas, alaridos, densas humaredas, traqueteo de metralletas y explosiones donde dos grupos policiacos se disputaban sicodélicos envoltorios en otro mare-magnum infernal…

En su hotel se disponían a descansar y refrescarse para continuar su investigación pero de las llaves del grifo y la regadera no salió una gota de agua y de la administración les informaron que el servicio se suspendió por instrucciones de la “Comisión del lodo y administradora de las lluvias”… hojeando el directorio de la Administración Pública localizaron a un tal Luege yuncófilo de profesión que con ese sello de ignorancia y cuatismo entremezclado con la todología supieron eran indispensables esas etiquetas para acceder al sector oficial…

Esperando el agua por días e idiotizados por la sobresaturación de telenovelas lacrimógenas y para retrasados, comerciales de mal gusto, programación cursi, estridente y degradante, así como profusión de sanguinolentos montajes mediáticos para elogiar la “guerra” del régimen se decidieron a salir del hotel pero fueron regresados a sus habitaciones por un extraño decreto presidencial muy parecido al de los genes del soviet supremo que ordenaba a todo el país quedarse encerrado por un virus “tan letal” que podía diezmar a los trabajadores y sindicatos que se aprestaban a protestar en masa contra el régimen ese primero de mayo…

Atorados los investigadores por la histeria, la psicosis y la parálisis decretada con el pretexto del “virus mutágeno” con el que se engendró terror y pánico fueron testigos, mudos de la desinformación, la devaluación de una moneda para ellos desconocida que se “achicaba” cada día, les alcanzaba para menos y cuando utilizaron el plástico bancario se les esfumaron sus depósitos en un santiamén habida cuenta de las tasas y comisiones infernales que solo aquí se cobran… sin entender mucho fueron también testigos de otra “guerra” electoral, sucia, impúdica, feroz y soez de un tipo que el personal de servicio comentaba era el “muchacho lépero” o el “pendenciero púas Martínez” con un libreto sin ideas, ni propuesta, la toma violenta de palacios de gobierno estatales con la soberbia de un régimen central partidizado, pero más confusos que en ese ambiente hosco, gris, de flamígera regresión al Medioevo escuchaban a los españoles de apellidos Zolá y Pando usando camisetas con logos de “Repsol” e “Ibadrola” sostenían que “los mayas galácticos les dijeron como ganar en México elecciones con falsedades” y hasta un cuñado del presidente de apellido Zavala que acusaba de oligofrénica a la Presidenta del Tribunal de más alta jerarquía electoral, lo cual les pareció mínimo una herejía del averno…

Al bajar las “aguas” y el ruido mayúsculo del “virus” y la pandemia del terror los investigadores del infierno en la tierra abandonaron su encierro obligado y constataron la catástrofe horrenda astrosa del nunca visto desempleo, cateo de todo un pueblo, México avasallado por el crimen, las mafias, cárteles y gentuza de la peor laya que desafían al mal gobierno infiltrado por oligarquías pandilleriles enfangadas en una presupuestívora y evasora del fisco bacanal troglodita, millones de familias famélicas, pésimos servicios, salarios de hambre, liviandad, dislates en un amasijo inflacionario por tarifas eléctricas y precios de los energéticos auténticamente infernales territorio infestado de narcotienditas y cientos de miles de escuelas sin agua, sin baños, sin pisos y sin maestros porque una gran proporción de ellos están comisionados o son operadores electorales del sindicato manipulado por una extraña mujer que al mismo tiempo es copropietaria de entidades desconocidas para ellos y que trabajosamente deletreaban ISSSTE, SEP y la “Súper Loto”…

Pero el estupor de los investigadores se desbordó al constatar que no era el “virus” sino la anemia, la amibiasis y el parasitismo el que mataba más niños diariamente y que el “virus” del hambre desgarraba a México muriendo cotidianamente y con la total apatía, negligencia, ordinariez e intemperancia gubernamental miles de mexicanos por inanición, avitaminosis, nula ingesta de nutrientes, enfermedades gastro-intestinales por la contaminación que encharca, que enfanga al país entero y por ello presa fácil de todas las enfermedades endémicas que en sus países de origen son totalmente prevenibles…

Constataron que más letales que el “virus” son la miseria desintegradora, la contaminación que esteriliza ríos, lagos, arroyos y el subsuelo, así como por la destrucción enloquecida de bosques y selvas que inciden en un mermado régimen de lluvias, pero acelerada acumulación en zonas urbanas, sub-urbanas, drenes y canales con sustancias tóxicas desechos de industrias abusivas ante la connivencia e irresponsabilidad oficial aglutinadora de todas las miasmas...

Desde su extranjería no entendían la transformación vertiginosa de un país que les describieron en constante algarabía, casi bucólico, de idiosincrasia festiva, pacífico, risueño y folclórico hoy los mexicanos se anulan, se ningunean, se odian, se enfrentan, se matan y se muestran dominados por fatalidades impuestas por sus propios gobernantes, se encuentran asfixiados por la delincuencia, los secuestros, la extorsión, la inmundicia y tampoco atinan una explicación racional del porque las desigualdades abismales, el egoísmo feroz de una pequeña casta que se adueñó del poder a través del dinero y con el mismo también de la riqueza nacional pero que con sus horrores y estupideces está haciendo desaparecer las legendarias pirámides emblemáticas de su antigua cultura bajo pilas de miles de cadáveres y tienen a esta Nación otrora promisoria al borde del colapso…

Pero la crispación, su consternación puestas al límite por el desgarrador mapa de la pobreza campesina hosca, encerrada en sí misma como amasijo larvario de una estruendosa explosión social ante la orgía del nuevo latifundismo, en súbita inmersión les estalla en la cara otra realidad perversa y siniestra de corrupción oficial que incendia guarderías infantiles con el combustible del contratismo y el comburente de la subrogación haciendo de las bodegas del horror crematorios proto-fascistas…

A esta tragedia apocalíptica donde lo más preciado y vulnerable de una sociedad como son los niños ahora son amontonados en piras genocidas que los conmocionó hasta el vértigo, anonadados aun por esa rara filigrana de impunidades estrujantes perfectamente eslabonadas entre diferentes niveles gubernamentales e improvisación criminal donde destaca una tal Rochín licenciada en diseño de interiores y ex gerente de un restaurant guanajuatense “el gallo pitagórico” supremos méritos para el panismo como para encumbrarla como directora nacional de guarderías del IMSS de donde derivan esos acontecimientos infernales, les cimbra otra tragedia de sesenta niños con quemaduras de retina y piel por unos reflectores incandescentes de un tal Lujambio que los necesitaba urgentemente por saberse un ser marginal y que a la manera neroniana hizo esperar a los infantes horas a pleno sol para que le cantaran estrofas hipnóticas y los salmos a la ignorancia que arrullan las hamacas de la SEP…

Así plenamente convencidos los investigadores de la aseveración papal en sus señalamiento del infierno en la tierra intentaron salir del país por la frontera sur pero resultaron secuestrados cruel e inhumanamente por un sórdido Delegado de la Secretaría de Gobernación y sus secuaces sumándose a la estadística de diez mil secuestros de centro-americanos a pesar del doble discurso gubernamental contra USA pero que a una santa señora Cecilia Romero ante la cual fueron presentados y que luego resultó suegra del “Juanito del Pan” el imberbe Cesar Nava y que en esa soberbia de quien no sabe mucho y se siente protegida solo aceptó liberarlos al intervenir observadores en derechos humanos de la ONU

EPILOGO

Despavoridos, con el alma disgregada huyeron presurosos del lúgubre palacio de Bucareli donde reina un rambo rijoso, tronante y retador presintiendo prontas fracturas disolventes al ubicar a este país del galimatías en la zona tectónica de la ruptura y el enfrentamiento enfilando al norte para confundirse en el éxodo de muchedumbres azoradas de anhelantes indocumentados que hastiados abandonaban su país ante la hecatombe del empleo, la vorágine de una “guerra diabólica” estacionaria con superposiciones histéricas de un régimen cretino y despótico instrumentada esa guerra para evadir la miseria, la irritación y el hartazgo ante la mas catastrófica crisis económica que estos investigadores salvo en Somalia no habían visto en lugar alguno del orbe con la mortandad derivada de enfermedades recurrentes de la edad media, las balas perdidas, ciudades ahogadas en la violencia, la maloliente contaminación, ecocidio tenaz solapado, selvas de concreto, hacinamientos humanos, funesta ignorancia, dolor ante macabro pisoteo de los derechos de la población civil, injusticias, desolación, hambrunas, saqueo inmisericorde de la riqueza petrolera, minera y hasta de sus reservas internacionales en un país devastado, millones de niños explotados, abusados o incinerados en las piras mortuorias exterminantes de la enfangada complicidad gubernamental..

Demacrados, macilentos y profundamente conmocionados en los primeros metros de tierra gringa, traspuesta ya la frontera exclamaron: ¡El Dante y Benedicto se quedaron cortos!!!

¡La gran paradoja humana de un país tercermundista: Que una minoría deprede hasta la extinción el patrimonio de todos y los afectados sean solo medrosos espectadores!!!

(Convencido de que es más fácil escribir que sintetizar)

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