ESTADO DE BIENESTAR?
Por: Ricardo
Eguía Valderrama
Octubre 27-2013
El concepto "Estado de
Bienestar" es simple, lisa y llanamente sana economía y justicia social...
Ese enunciado es tan promisorio,
balanceado, lógico y entraña tal sencillez que resulta difícil entender la
atroz incapacidad de instrumentar políticas económicas exitosas y menos aceptar
que la injusticia social sea como un tumor congénito del modelo mexicano y que
lo predetermine a mantener un comportamiento agresivo y perjudicial para las
mayorías...
Han transcurrido treinta años con
un modelo económico neoliberal y privatizador totalmente fracasado donde los
fundamentalistas e ideólogos sofistas y anquilosados del mercado salvaje acusan
al "Estado de bienestar" de supuesta fatiga crónica para sostener con
alfileres endebles los dogmatismos mercantilistas y utilitaristas favorecedores
del lucro excesivo y con beneficios maximizados patológicamente solo para una
casta minoritaria...
No es el azar, no es mala suerte, no es destino ni maldición de los arcanos
cósmicos que México en el siglo XXI sea un islote medieval corporativo donde
los más privilegiados de siempre amenacen, vociferen y se enfrenten al gobierno
para no pagar impuestos...
Están acostumbrados al oscuro
zafarrancho en las alturas y ejercer resistencia
a una mejor y justa captación fiscal con esa sempiterna prepotencia
distintiva de las élites parasitarias...
Arremeten contra la reducida y
mordisqueada Reforma Hacendaria bufando y exigiendo como perfumadas bombas
ambulantes prontas a explotar...
Turbadores y conjurados amenazan
con despedir miles de trabajadores, cerrar empresas, reducir vales de despensa
y de puntualidad que significan migajas para la clase trabajador misma que
hasta el 80% de esos trabajadores formales son obligados a recibir casi el 50%
de su salario con prestaciones en especie.
Grandes y arrogantes empresas que
atesoran "rentas fiscales" amparadas en añejos regímenes especiales
de escasa o nula tributación y con dominancia oligopólica en el mercado se
oponen con uñas y dientes a cualquier Reforma Fiscal Integral que impulse el
crecimiento económico que hasta 1971 fue del 6% anual mismo que en 1972 bajó al
3% y se consideró una catástrofe...
Ahora otra vez como apócrifos
númenes del mismo santoral chantajista, subversivos, voraces e intransigentes
se le enfrentan al gobierno del Lic. Peña Nieto enarbolando la falsa y burda
panacea de que si los ricos no pagan impuestos ellos propiciarían inversiones y
empleos cuando en la realidad esas élites apóstatas de la mejor utopía factible
de la humanidad han destruido el "Estado de bienestar" torciendo a su
favor un modelo económico desequilibrado orientado a la especulación, la
estafa, la usura, el atesoramiento, la manía compulsiva de apropiarse de los
bienes nacionales, la explotación de la clase trabajadora y el libertinaje que ha llevado a la quiebra
a ésta sociedad con el fetiche tragicómico, la quimera ridícula de que lo
privado es exceso y lo público, lo social es execrable...
Malas cifras económicas son un añejo problema repetido desde 1976 en que se
iniciaron y secuenciaron pautada y siniestramente las crisis por el fracaso
estrepitoso del modelo tecnocrático neoliberal privatizador de 1982, 1988
culminando con la hecatombe del "Fobabroa" (1994) el cual
según estimación del "Banco Mundial" le costó a éste país $135 mil
millones de dólares y que se compone de un costo fiscal directo por $112 mil
millones de dólares por el rescate a los
banqueros delincuentes, más $23 mil millones de dólares por un opaco
concepto llamado "costos asociados".
Antes de estallar la más
exterminante crisis neoliberal de 1994 la cartera vencida de los Bancos
superaba el capital contable y en la "panza" del "Fobaproa"
se metieron miles de créditos irregulares, relacionados, créditos basura,
autopréstamos y todo lo que se les ocurrió a esas "pompas ingrávidas como
de jabón" en ese mundo fatuo, banal, apergaminado de la criminalidad perfumada de cuello blanco que
ha hecho de los recursos públicos el horno de cocimiento para sus enormes fortunas malhabidas...
La "Auditoría Superior de la
Federación" estima el costo del "Rescate a los banqueros" en un
billón doscientos sesenta mil millones de pesos, una deuda impagable y de la
cual cada año se expide un "cheque fobaproa" por $50 mil millones de
pesos,mas menos, de tal suerte que de 1999 al 2013 (junio) se han pagado por
intereses $554 mil millones de pesos y el capital que en el "IPAB" llegó a ubicarse en
$687 mil millones de pesos pero como siempre las finanzas
públicas son el pozo insondable para el eterno latrocinio, en lugar de
reducirse ahora dicen que se deben $818 mil millones de pesos... esto es ,el
20% del PIB aproximadamente mientras
que los ingresos del sector público en el 2013 solo representan el 22.1% del PIB...
México recauda solo entre un 10%
y un 11% del PIB como máximo y de
ese porcentaje el 2% es aportado por "Pemex", de tal suerte que con
las amenazas y las presiones de los organismos empresariales cupulares
defensores a ultranza de la evasión y de la elusión fiscal que están haciendo garras la pírrica Reforma
Hacendaria y con ello pretenden obligar al gobierno del Sr. Lic. Peña Nieto
(presionando las bancadas en el Legislativo) a entrar otra vez en la economía
ficción para hacer frente al gasto para el Sistema
social universal (entre 3 y 5% del PIB) subiendo artificialmente en el
Presupuesto el precio del barril de petróleo, prefijando la paridad del peso y
un déficit mayor para el año próximo solo por la obstrucción insolente
mezquina, filibustera, radical y desbrujulada de las élites plutocráticas que
como los talibanes del "tea party" tercos y obtusos les importa más el impuesto a la comida de
los perros que la muerte por hambre de zapotecos y tarahumaras...
Los más furibundos opositores al
pago de impuestos son los mismos que en un irracional trasvase de los bienes
públicos a manos privadas se apropiaron antes de los Bancos, la telefonía, los
ferrocarriles, los puertos, las minas, los aeropuertos, las Afores donde se
roban miles de millones de los ahorros para las pensiones de la clase trabajadora y que ahora también
desde el tabernáculo de la cleptocracia van también por el petróleo...
Son los mismos a los que se
obsequió una Reforma Laboral a modo para abaratar los despidos pagar salarios
de hambre y ni así han creado más empleos...
Esa caterva de delincuentes
fiscales que evaden $750 mil millones de pesos cada año comprando empresas
quebradas para refugiarse cobardemente en el régimen de consolidación fiscal
son los que se oponen al gravámen a dividendos, ganancias bursátiles fruto de la brutal especulación
parasitaria y que si logran amedrentar al gobierno y cooptar a los Senadores
saldrá de ahí un bodrio muy distinto al que se había preparado con una Reforma
Fiscal Integral reducida a una mutilada Miscelánea fiscal que al ser truncada
impedirá que el gasto público siga supeditado y dependiendo del confiscamiento
artero de las utilidades que produce "Pemex" antes de impuestos.
Los destructores del "Estado
de bienestar" son los eternos comodinos que deliberadamente confunden productividad con privilegios fiscales,
salarios de hambre y protección; que se
rehúsan a hacer inversiones en el país transfiriendo al extranjero el producto de
sus raterías; que pontifican contra salarios remuneradores e incentivos
económicos a los trabajadores que cumplen metas y que se solazan con una
economía estancada para seguir medrando desde sus zonas de confort...
Son los mismos que voltean para otra parte cuando se les demuestra que
China, Corea, Taiwan, etc., dejaron de explotar la mano de obra barata que
desincentiva el trabajo formal y que esos países triunfaron en los mercados globales porque
compiten con productos de calidad, mejores precios, invirtiendo previamente en innovación,
capacitación así como en tecnología para dejar de ser simples agachones y
tercermundistas países maquiladores!!
Esas 400 grandes empresas
oligopólicas que imponen a sus testaferros en los organismos empresariales
cupulares son los que hasta al FMI rehúyen
cuando de productividad se trata ya que dicho organismo enfatiza que "no puede basarse en la disminución
del empleo, ni la reducción de los salarios y mucho menos en un sistema
recaudatorio débil (agujerado) ya que las finanzas públicas deben ser el motor
del crecimiento al invertir en infraestructura productiva"
Corresponde pues a un Estado fuerte equilibrar los extremos y no solo
privilegiar las variables macroeconómicas que no se comen, que no propician el
crecimiento económico, ni generan riqueza social y tampoco posibilitan la justa
redistribución del ingreso.
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